Este año ha representado una gran bendición en mi vida a pesar de diversas circunstancias difíciles que he tenido que enfrentar, ya que de estas circunstancias he aprendido a confiar más en Él, y a esperar a que sea Él quien en su tiempo y en su forma resuelva las diversas situaciones que me han estado afectando. Algunas de estas situaciones tienen que ver con algunas dificultades físicas que mi esposa y mi hijo tuvieron luego de que una bacteria afectara sus cuerpos. A la vez nuestro automóvil tuvo descomposturas que hasta la fecha han hecho imposible el que podamos usarlo de una manera confiable. En el mes de abril un problema en mi parpado el cual está relacionado con mi sistema nervioso. Este problema físico es quizá el que ha repercutido más en nuestra vida familiar y ministerial. Por otro lado, algunas situaciones problemáticas dentro del ministerio juvenil que Dios ha puesto en nuestras manos, ha provocado un alto grado de preocupaciones y tensiones. Luego de estas situaciones, nuestra única esperanza es el saber que Dios no nos ha dejado ni nos dará algo más allá de lo que nosotros podamos resistir.
Una gran bendición ha sido el poder confirmar que su Palabra continúa siendo proclamada a través de más 40 emisoras. Dado a los problemas físicos que he tenido, ha sido algo complicado el poder visitar personalmente a cada una de estas emisoras, sin embargo continúo supliendo puntualmente a cada una de las emisoras con nuevos programas. Así mismo, Dios me ha dado la oportunidad algunas emisoras en algunas provincias cercanas a la capital. También he podido entregar algunos nuevos creyentes ciertos materiales para su crecimiento espiritual. Hace algunos meses, junto con el grupo de jóvenes visitamos una zona cercana a la capital conocida como El Rosario. Haciendo labor de evangelización, tuve la oportunidad de conocer a Sharim, una joven que ha llevado una vida muy difícil. Sus padres murieron cuando ella era aún una niña y a una edad muy temprana el alcohol y las drogas comenzaron a destruir su vida, al punto de llevarla a pensar que vida no tenía ningún sentido. Durante nuestra primera conversación ella rechazó completamente la idea de conocer acerca de Jesucristo. Su pensamiento era que este tipo de temas concernía solo a la gente de edad avanzada.Algunos meses después, mi esposa y yo fuimos a visitarla y nos compartió que durante un mensaje que escuchó en una iglesia, ella decidió aceptar a Cristo. A la siguiente visita que le hicimos le obsequiamos varios Cd’s del programa de El Camino de la Vida. Durante nuestra conversación ella nos dijo que ella sentía mucho temor con respecto a compartir su fe con el resto de su familia. Sin embargo, hace poco tiempo volvimos a visitarla para entregarle más Cd’s, y con gozo nos compartió que ha escuchado los programas y estos le han ayudado a crecer en su vida espiritual. Ahora ha perdido el miedo de compartir su fe con otros. Agradeceremos que continúen orando por el crecimiento espiritual de Sharim.