Según las Estadísticas Nacionales del Instituto de México, en el 2013, el número de homicidios fue de 22,703 y 1,633 secuestros sucedieron. Lamentablemente, las cosas no han mejorado en este país. Sólo dos meses atrás, un gran grupo de estudiantes se dirigían a la ciudad de Iguala. Fuera de la ciudad varios miembros de este grupo fueron atacados por la policía y hombres armados y enmascarados. Al final de la noche, seis personas fueron abatidas a tiros. Docenas de jóvenes fueron vistos ser llevados en furgones policiales. Nadie los ha visto desde entonces. La desaparición y presunto asesinato de cuarenta y tres estudiantes desde un centro docente universitario rural el 26 de septiembre ha puesto de manifiesto la creciente ola de violencia generada por las drogas que azota el país. Los mexicanos parecen estar hasta la coronilla con la realidad de estar viviendo en un estado generalizado de la corrupción e impunidad. Al mismo tiempo, la falta de valores morales se está imponiendo cada vez más en todos los aspectos de la sociedad en México. Es en este contexto en el que como ministerio, nuestro objetivo es ayudar a las iglesias en México en su tarea de proclamar el mensaje de la salvación en Cristo.
En la parte norte de México, nuestro misionero Aland Guillén visitó quince iglesias. Esas iglesias no tienen los recursos para patrocinar los programas en la emisora local, pero ciertamente, ellos están encontrando en nuestros programas un importante recurso para utilizarlos como herramienta evangelística. Además de visitar iglesias, David Franco está realizando un trabajo fenomenal coordinando con los demás misioneros el desarrollo de nuestra Aplicación para los dispositivos móviles, y su uso a través del internet. Nuestra Aplicación ha sido descargada más de 1,500 en los dispositivos en México y otros países de Latinoamérica. Sólo un par de semanas atrás un creyente de Guadalajara nos envió el siguiente mensaje en relación a los programas que ella escucha a través de nuestra página de Facebook: “Estos programas representan una importante bendición en mi vida. Los estoy compartiendo a través de mi teléfono celular con otras mujeres de la iglesia”. Favor orar para que nuestros programas puedan continuar alcanzando corazones de aquellos que están viviendo en desesperación en México.