Romanos 3:9-18
¿Entonces qué? ¿Somos nosotros mejores que ellos? De ninguna manera; porque ya hemos denunciado que tanto judíos como griegos están todos bajo pecado; 10 como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, hay quien busque a Dios; todos se han desviado, a una se hicieron inutiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta, engañan de continuo con su lengua, veneno de serpientes hay bajo sus labios; llena esta su boca de maldicion y amargura; sus pies son veloces para derramar sangre; y miseria hay en sus caminos, y la senda de paz no han conocido. No hay temor de Dios delante de sus ojos.
“Todos Están Bajo Pecado”
Estamos llegando al final de esta acusación de la raza humana, que comenzó en Romanos 1:18. Toda la sección de la carta hasta este texto busca mostrar que todas las personas en todas partes están bajo el poder del pecado, y no pueden estar a bien con Dios, por estar separados del don de la justicia que Dios da mediante la fe en Jesús Cristo (Romanos 1:16-17). Esto lo vemos aquí en la declaración resumen de Romanos 3:9b: “ya hemos denunciado que tanto judíos como griegos están todos bajo pecado” (BLA). “…judíos como griegos” (BLA) significa “todos” (porque los griegos representaban, según muchos, lo mejor entre los no-judíos). Todos ellos (todas las personas) están “bajo pecado”. Bajo el poder del pecado. No solo pecando ocasionalmente, sino cautivos en el pecado.
Esta es una de las más profundas verdades que el cristianismo debe mantener en pie en el mundo moderno. En 1ra a Timoteo 3:15, Pablo llama a la iglesia del Dios viviente “columna y baluarte de la verdad”. Esta es una de esas verdades que la iglesia tiene que mantener en pie como una columna sostiene un edificio. A lo largo de toda la historia ha habido presiones constantes sobre las personas, las instituciones, y las culturas para edificar la vida alrededor de ideas erróneas. Dios ha designado a la iglesia de su Hijo Jesús para que sea una poderosa defensora de la verdad en el mundo.
Una de las verdades más importantes a mantener en pie en el mundo es que todos los seres humanos, aun cuando fueron creados a imagen de Dios (Génesis 1:27), están corrompidos por el poder del pecado. Por naturaleza no somos moralmente buenos, somos moralmente malos. En Efesios 2:3, Pablo dice que todos somos “por naturaleza hijos de ira”. Las actitudes, pensamientos y las acciones que merecen la ira de Dios, surgen en nosotros por naturaleza. En Colosenses 3:6, somos llamados “hijos de desobediencia”. Estamos tan dispuestos a desobedecer a Dios que es como si la “desobediencia” fuera nuestro padre. Somos lascas del antiguo bloque de desobediencia. No solo pecamos, somos pecadores. Estamos “bajo pecado” como dice el versículo 9. El pecado como amo o un rey, reina sobre y dentro de nosotros. No es que el mismo nos coaccione para que hagamos lo que no queremos hacer, sino que nos hace querer hacer lo que no debemos hacer. No somos victimas inocentes del pecado. Somos conspiradores junto al pecado en contra de Dios.
Un Diagnóstico Mortal y su Remedio
Este no es un mensaje popular. Comprensiblemente, no es más popular que las palabras del doctor: ‘Su tumor es maligno’. Sino que es mucho más esperanzador. Puede que: ‘su tumor es maligno’, sea o no una noticia esperanzadora, porque el doctor puede tener o no una cura para su cáncer. Pero la noticia de que ‘usted está bajo el poder del pecado y es un hijo de ira’, viene siempre con la cura. Es acerca de eso de lo que trata el libro de Romanos, el cristianismo y la Biblia.
Realmente quiero que este mensaje acerca del pecado y nuestra condición de pecadores sea esperanzador y vivificador. ¿No existe algo profundamente gratificante en alguien que conoce tus defectos hasta el nivel más profundo de nuestro ser -conoce nuestra peor condición- y dice: ‘Te amo, y conozco una manera en la que puedes estar a bien con Dios y los demás?’. ¿No es mucho más esperanzador que alguien que habla de cosas sin importancia y da pequeños placeres para hacernos sentir bien, cuando en lo profundo sabemos que las cosas no andan bien? Ello puede sonar más amable, gentil, y amoroso que escuchar que somos pecadores y estamos enfermos de muerte, pero es una bondad mortal (la bondad de un doctor que no le dirá la verdad acerca de su cáncer mientras esté en una fase curable), porque no quiere que usted se sienta desanimado o asustado.
Así que, mientras examinamos el diagnóstico resumen de Pablo, manténgase pensando: esto es bueno. Porque para todas estas malas noticias acerca de nuestra verdadera condición, existe un remedio. Y la única razón para decirme esas malas noticias es que yo comprenda el remedio y lo tome (entiéndase: la justicia de Dios dada gratuitamente a aquellos que realmente confían en Cristo).
Hay dos preguntas principales que quiero tratar de responder en los versículos 9-18. Una es: ¿Cómo respalda Pablo el versículo 9 y la pecaminosidad de todos los hombres basándose en el Antiguo Testamento y en todas estas citas de los versículos 10-18? Y la otra es: ¿Cómo describe él el estado de estar “bajo pecado” en estos versículos? O: ¿Qué podemos aprender acerca del pecado, de nosotros mismos, y del Evangelio por la forma en que Pablo habla acerca del pecado en estos versículos?
No hay justo
Primeramente, ¿Cómo respalda Pablo el versículo 9 y la pecaminosidad de todos los hombres basándose en el Antiguo Testamento, en todas estas citas en los versículos 10-18? Dice en el versículo 9 que los judíos en realidad no son nada mejor, ante Dios, que los demás, “pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado”. De modo que pueden ver que esta es una declaración resumen de todo lo que ha dicho anteriormente: “pues ya hemos acusado”. Esto es lo que ha estado haciendo ‘acusando’ 1:18-3:8. De modo que en lo que a él concierne el caso ha sido expuesto.
Sin embargo, ofrece un último argumento como resumen desde el Antiguo Testamento. Comienza el versículo 10 con: “Como está escrito…”Y entonces cita seis secciones diferentes del Antiguo Testamento para respaldar su resumen del versículo 9 de que todos, judíos y gentiles, están bajo pecado. Por ejemplo, del Salmo 14:1-3 dice (en Romanos 3:10-12), “No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”.
Esto parece lo suficientemente claro. Pero hay aquí un problema que me preocupa. En el mismo Salmo que Pablo cita para decir, “No hay justo, ni aun uno”se dice (en el Salmo 14:5), “Dios está con la generación de los justos”. En otras palabras, en los primeros versículos del Salmo hay una descripción de los gentiles que se oponen al verdadero pueblo de Dios, pero a aquellos que son el verdadero pueblo de Dios, David los llama “la generación de los justos”(vea también el versículo 7). Así que la pregunta es: ¿Cómo respalda este Salmo la observación que hace Pablo en el versículo 9 de que los “judíos y gentiles” están bajo pecado? La parte del Salmo que cita no parece querer decir que todo el mudo es injusto, porque el versículo 5 llama al pueblo de Dios “La generación de los justos.”
Pienso que la respuesta va más o menos así: Pablo no quiere decir que cada una de las seis citas del Antiguo Testamento sean por sí sola una total acusación, sino que todas juntas forman una acusación completa. Parece que la primera cita (en los versículos del 10-12), por ejemplo, del Salmo 14, es principalmente una acusación hacia el mundo de los gentiles, porque más adelante el Salmo se refiere a Israel como la generación justa. En otras palabras, sin la especial gracia de Dios (sin la revelación especial de su obra salvadora revelada a Israel) las apersonas no son justas, ni siquiera una. Solo cuando Dios irrumpe en nuestras vidas y nos da la gracia especial de la fe y el perdón, mediante el sacrificio de un sustituto, podremos estar a bien con Dios y ser llamados “justos”. Pablo sabía que esto ocurría en los santos del Antiguo Testamento. Sabemos que sabía esto, porque en Romanos 4:3 cita Génesis 15:6, “Y creyó [Abraham] a Jehová, y le fue contado por justicia”.
De modo que cuando Pablo cita del Antiguo Testamento que “no hay justo, ni aun uno”, quiere decir que, por naturaleza, apartados de la gracia salvadora, somos injustos. No quiere decir que no había manera alguna de estar a bien con Dios, y tener una postura correcta ante Dios en el Antiguo Testamento.
¿También los judíos?
Pero la pregunta todavía permanece en pie: Si el Salmo 14 citado en los versículos Romanos 3:10-12 solo, o fundamentalmente, se refiere al mundo de los gentiles por encima y en contra del verdadero pueblo de Dios, ¿Cómo todos estos versículos juntos en Romanos 3:10-18 dejan claro que los judíos también son injustos y están bajo pecado? Una respuesta es que los versículos del 15-17 son una cita de Isaías 59:7-8, que se refiere completamente al pueblo de los judíos. En Isaías 59:2, Dios le dice a Israel “vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios”. Y después Isaías 59:7-8 es citado aquí en Romanos 3:15-17, “Sus pies se apresuran para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; Y no conocieron camino de paz”. Esta es una declaración acerca del pueblo judío en general durante los días de Isaías.
Y todas las otras cuatro citas del Antiguo Testamento probablemente refieran a los enemigos de David entre su propio pueblo judío. Pero eso no está claro. El punto es: El mensaje del Antiguo Testamento muestra que los judíos son pecadores y los gentiles también (2da a los Corintios 6:36). Y que donde quiera que usted encuentre a alguien llamado “justo”en el Antiguo Testamento, no es porque no sea pecador, sino porque Dios ha intercedido en su vida misericordiosamente y le ha dado la gracia de la fe y el perdón, para que venzan su pecaminosidad natural y estén a bien con Dios.
Esto lo vi más claramente en el Salmo 5, que Pablo cita en Romanos 3:13a, “Sepulcro abierto es su garganta”. Esto se refiere a los enemigos de David. Si, ¿y que hay acerca del propio David? ¿Es su garganta un sepulcro abierto? ¿Cómo ayuda esto a probar que los judíos y gentiles están “bajo pecado” si “sus gargantas son un sepulcro abierto” pero no la nuestra? ¿No somos parte de “todos”?
La respuesta no es que David no es pecador, o que no hay redimidos y justos en el mundo. Él solo quiere decir que apartados de la poderosa gracia de Dios, estamos desesperadamente corrompidos, incluyendo al propio David (ver Salmo 51:5). David muestra esto en el Salmo 5, por ejemplo, al decir en los versículos 7 y 8 que su propia posición con Dios es un regalo de misericordia, no algo que tiene por naturaleza. Dice, “Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia tu santo templo en tu temor. Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; Endereza delante de mí tu camino”. De modo que pueden ver aquí el pensamiento de David. Él tiene acceso a la casa de Dios solo por misericordia. ¿Por qué? Porque es un pecador como los demás. Y si en alguna medida va a andar en la justicia, dice, Dios tendrá que guiarle y enderezar su camino delante de suyo. En otras palabras él no iría, por naturaleza, por el camino de la justicia.
Y esa es mi respuesta a la primera pregunta: ¿Cómo respalda Pablo la afirmación de la pecaminosidad universal en el versículo 9? Citando estos seis pasajes del Antiguo Testamento, que hablan tanto de justos como de perversos, muestra que ambos, judíos y gentiles, están profundamente corrompidos y que la única vía para salir de esa corrupción es mediante el buen don de Dios, de la fe y el perdón que nos pone a bien ante Dios, este don está basado en el sacrificio de un sustituto que un día vendría, Jesucristo.
“Bajo Pecado”
Ahora la otra pregunta: ¿Cómo describe él el estado de estar “bajo pecado” en estos versículos? O: ¿Qué podemos aprender acerca del pecado, de nosotros mismos, y del evangelio por la manera en que Pablo habla acerca del pecado en estos versículos?
He aquí tres observaciones.
1. Relación Arruinada con Dios
Estar “bajo pecado” es primera y fundamentalmente una relación arruinada con Dios. No es, en primer lugar, una relación arruinada con otras personas. Los versículos 10-18 comienzan y terminan con esta observación. Versículos 10-11: “Como está escrito: “No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios”. Y versículo 18: “No hay temor de Dios delante de sus ojos”. Todo lo que está entre estos versículos tiene que ver con el significado del pecado en las relaciones humanas. Pero en el comienzo y el final “bajo pecado”significa que no tenemos temor de Dios, no le entendemos y no lo buscamos. Versículo 11: “No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios”.
Fije esto firmemente en su mente, el pecado es principalmente una condición de rebelión contra Dios, no una condición de hacer mal a otros. Es por ello que es tan triste y tan carente de sentido cuando las personas argumentan que son muy buenas personas, y por ende no necesitan el evangelio. Lo que quieren decir es que tratan a otros decentemente: No roban, no matan, no mienten mucho, y dan caridad a algunos. Pero esta no es la cuestión principal. La cuestión principal es ¿ama usted a Dios con todo su corazón, con toda su alma, con toda su mente y todas sus fuerzas? ¿Ama usted a su Hijo, Jesucristo? Dios es la persona más importante en el universo. No es una señal de virtud hacer buenas acciones por las personas, mientras no se siente amor, o reverencia, o pasión por Dios.
El pecado es, primera y fundamentalmente, una resistencia a encontrar gozo en Dios. Y esa resistencia trae como resultado una mente oscurecida, que luego detiene y no entiende a Dios. Y así, la mente que está “bajo pecado” no busca a Dios y no le conoce ni le teme. No importa lo que hagamos por las personas; si tratamos al Rey del Universo con desdén, podemos saber que estamos profundamente “bajo pecado”.
2. Relaciones Arruinadas con las Personas
Estar “bajo pecado” significa que nuestras relaciones con las personas están arruinadas, aun cuando la común gracia de Dios puede restringirnos de tratar a las personas tan malamente como podríamos. En los versículos 13-14, Pablo describe la forma en que el pecado arruina nuestras palabras “garganta […] lengua […] labios […] boca”. Versículo 13-14: “Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; Su boca está llena de maldición y de amargura”. Los sepulcros tienen que ver con la muerte y el veneno es una poción que tiene que ver con la muerte, y eso es lo que la decepción y la maldición producen: muerte. La boca fue hecha para dar vida. Pero el pecado la convierte en un lugar de veneno y muerte. ¡Oh, si este diagnóstico de que nuestras vidas están “bajo pecado” nos hiciera desear ser salvos! ¡Oh, si nos hiciera anhelar tener lenguas y bocas redimidas que den vida y no muerte!
Después, en los versículos del 15-17, estar “bajo pecado” no es una manera de hablar, sino de actuar: “Sus pies se apresuran para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; Y no conocieron camino de paz”. Esto es lo que ocurre cuando Dios no es buscado, conocido, o reverenciado. Si Dios aflojara las bandas de freno que restringen este mundo, él mismo caería en la anarquía. Es por esto que existen los gobiernos, los policías, y los ejércitos. Por naturaleza tomaríamos venganza a cada ofensa, y nuestros pies se apresurarían a derramar sangre, si no estuviéramos restringidos. Esto lo vemos, por ejemplo en el saqueo de las sociedades donde la infraestructura se colapsa. Y lo veremos aquí, porque eso es lo que significa estar “bajo pecado”. Las relaciones humanas están arruinadas.
3. Buenas Noticias Para Aquellos que Están Bajo Pecado.
Finalmente, si esto es lo que somos nosotros por naturaleza (personas que están bajo pecado, y por lo tanto, como Romanos 1:18 dice, bajo la ira de Dios) ¿Entonces no es la mejor noticia del mundo saber que todo el objetivo de Romanos, de la Biblia completa, y de el cristianismo es darnos a conocer que Dios, en su gran misericordia, ha creado una vía para salvarnos del pecado, del poder del pecado y la penalidad del pecado? Estamos solo a centímetros de esta salida. Romanos 3:21-22: “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; 22la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él.”
Si hoy usted creyera en Jesucristo, se apartara de sus pecados, y renunciara a todas las formas de auto salvación, la mismísima justicia de Dios sería suya como un regalo, y reemplazaría su injusticia; por esto Cristo sufrió y murió en la cruz. Yo le ruego, en el nombre de Cristo, que se reconcilie con Dios. Confíe en él por su gran obra salvadora.
Fuente: John Piper, desiringGod.org